Ella apagó los ruidos de su cabeza.


Ella apagó los ruidos de su cabeza, y fue entonces que escuchó su propia música. Y qué importa que nadie quiera bailar con ella!!!... Ya no teme hacerlo sola. Y qué importa si la tildan de loca!!!... Nunca había estado tan feliz. Y qué importan las miradas ajenas!!!... Ya no depende del qué dirán. Y qué importa si le dan la espalda por escoger su propio camino!!!... Prefiere la libertad a estar encerrada entre las sombras. Ella se armó de valor y aprendió a quererse cuando nadie más lo hizo. Ella abrió los ojos. Cerró círculos. Rompió patrones. Soltó lo que la atrasaba. Se amó. Ella por fin apagó los ruidos de su cabeza, y fue entonces que escuchó su propia música interna.

Antonia San Martín.

Web

Comentarios