El punto D.




 -Maestro, ¿Cuál es el punto G de los hombres?

- La vista... respondió el Gurú.
- ¿Y el de las mujeres?
- El oído...

Pero deben saber algo, hay un punto D...

¿Y cuál es ese punto, preguntaron los discípulos?
- El punto divino que se activa cuando la pareja no necesita un paisaje desnudo para excitar sus ojos, o un maravilloso poema para excitar sus oídos...

Es un punto que vive en calma, la calma de los que saben amar en otra frecuencia, con una maestria superlativa...

El punto D es para los Maestros de alcoba, que saben mantener el fuego encendido por días, porque sus ojos no ven cuerpos, sino átomos del Divino en cada mujer, y las mujeres no escuchan poemas, sino las inspiraciones que llevaron al poema a hacerse carne...

Diego Van.

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