Ahora no. Discúlpame pero no puedo.



 Ahora no. Discúlpame pero no puedo. Me estoy ocupando de mí.

Necesito hacerlo.

Necesito mi silencio y mi dolor en la mano.

Déjame. No me presiones. No me digas que todo va a estar bien ni que

me lave la cara.

No me digas que me arregle un poquito y me coma el mundo.

No me importa si soy fuerte. Si alguien más me necesita. Si tengo una

vida por delante y un mundo que me quiere y espera.

Déjame.

Necesito sanarme.

Necesito meterme en la cama, taparme hasta el cuello y dejar que

reviente lo que tenga que reventar. Tengo pus en el pecho. Está infectado y

me duele.

Necesito que reviente de una vez.

Necesito que me sangre la herida para poder cicatrizar.

No quiero un té. ¿Qué carajo tiene que ver el té con todo esto que te

digo? No llames a nadie. No me organices la agenda. No me tapes la boca.

No me metas un chocolate de prepo porque no me entra más nada en el

cuerpo.

Déjame.

Necesito vomitar el dolor y ver los pedazos en el piso. Ya sabéis que a

nadie le gusta que lo vean vomitar. Bueno, a mí tampoco.

Necesito que se me pase y esta pelea es conmigo.

Necesito romperme entera, de una buena vez, y después de que me

junte solita, yo te llamo.

Déjame. Ahora no. Ahora no.

Lorena Pronsky


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