A veces damos luz a quien no la merece,
A veces damos luz a quien no la merece,
alimentando egos, olvidando valor. Confunden interés con poder, y su ruido eclipsa la humildad.
No todo grito tiene razón, ni toda exigencia merece atención. Aprender a callar es sabiduría, retirarse, un acto de fuerza.
No malgastes energía en demostrar, ni en agradar a quien solo quiere sentirse superior. La verdadera fuerza es enfocarte en ti, dejar de mirar lo que no aporta, y permitir que todo se ordene solo.
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