Recuerda.
Recuerda que has de comportarte como en un banquete. Si llega a ti algo que van pasando: extiende la mano y sírvete moderadamente. Si pasa de largo: no lo retengas. Si aún no viene: no exhibas tu deseo y espera hasta que llegue a ti. Así con tus hijos, con tu mujer, con los cargos, con la riqueza. Si así obras, algún día serás digno de participar en el banquete de los dioses. Y si no te sirves de lo que te ofrecen, sino que a ello poca importancia le das, entonces no solo participarás del banquete de los dioses, sino también de su poder. Así obraban Diógenes y Heráclito y los que se les parecían, y merecidamente eran y se les llamaba «divinos».
Epicteto.
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