Hildegart Rodríguez Carballeira.
En 1914, una mujer española concibió una hija, estrictamente como experimento social. La niña se llamó Hildegart Rodríguez Carballeira y su madre, feminista, socialista y eugenista, la tuvo con un padre que, según ella, era “intelectual y físicamente superior”. Luego crió a Hildegart para que fuera “la mujer perfecta del futuro”.
A los cuatro años, Hildegart hablaba cuatro idiomas con fluidez. En la adolescencia ya se había graduado en la universidad y a los dieciocho años era profesora. La “hija perfecta” se volvió cada vez más libre y vivía su propia vida, mientras que su madre se volvió cada vez más paranoica y temerosa de perder el control sobre su “niña de oro”. El escritor HG Wells le ofreció a la brillante joven un trabajo en Inglaterra como su secretaria personal, para ayudarla a escapar de su madre radical…
En junio de 1933, Hildegart Rodríguez Carballeira fue asesinada a tiros por su propia madre mientras dormía para impedirle “escapar”. Su madre, Aurora, dijo: “La escultora, al descubrir la más mínima imperfección en su obra, la destruye”. Fue internada de por vida.
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