饾悋饾悮饾悳饾悶 饾惌饾悽饾悶饾惁饾惄饾惃 饾惇饾惍饾悶 饾悵饾悶饾悾饾悶́ 饾悵饾悶 饾悳饾惈饾悶饾悶饾惈 饾悶饾惂 饾惀饾悮饾惉 饾惄饾悮饾惀饾悮饾悰饾惈饾悮饾惉.
饾悋饾悮饾悳饾悶 饾惌饾悽饾悶饾惁饾惄饾惃 饾惇饾惍饾悶 饾悵饾悶饾悾饾悶́ 饾悵饾悶 饾悳饾惈饾悶饾悶饾惈 饾悶饾惂 饾惀饾悮饾惉 饾惄饾悮饾惀饾悮饾悰饾惈饾悮饾惉.
He dejado de creer en los vendehumo, en los que maquillan la verdad para quedar bien, en los que regalan los o铆dos como estrategia, y en los que aparecen cuando sopla el viento a favor, pero desaparecen cuando truena.
Tampoco creo en los que hablan mucho pero hacen poco. En los que te sueltan frases hechas y luego no se mojan. Ni en los “sabelotodos” que se creen por encima del bien y del mal, pero no son capaces de mirar a los ojos con humildad.
饾悋饾惃饾惒, 饾惉饾惃饾惀饾惃 饾悳饾惈饾悶饾惃 饾悶饾惂 饾惀饾惃 饾惇饾惍饾悶 饾惉饾悶 饾惉饾悽饾悶饾惂饾惌饾悶 饾悵饾悶 饾惎饾悶饾惈饾悵饾悮饾悵. Creo en los besos con los ojos cerrados, en los abrazos que te recomponen el alma, en las palabras que salen del coraz贸n y no del gui贸n.
Creo en el “te quiero” sincero de mi madre, en los consejos de mi padre, en los “pap谩” que me dicen mis hijas con ternura y en esa sonrisa que me lanza mi nieto y me desarma.
Creo en los gestos que no buscan aplausos. En las manos que se tienden sin pedir nada a cambio. En la gente que no hace ruido, pero te cambia el d铆a con una mirada.
Ya tengo una edad en la que si lo veo, lo creo. Lo dem谩s, me suena como lluvia tras los cristales: ah铆 est谩, pero no me cala. Lo que diga menganito o zutanito, lo dejo para las tertulias de patio, donde se vive m谩s del chisme que de la verdad.
Yo ya eleg铆 en qu茅 creer… Y t煤, ¿en qu茅 crees?
Texto: J.M. Quir贸s.
Fotograf铆a: Nils-Erik Larson.
Ya no me conmueven los discursos bonitos ni las promesas con fecha de caducidad. Ahora solo creo en los hechos. En lo que se hace, no en lo que se dice que se va a hacer. Porque al final, las intenciones no abrazan, no acompa帽an, ni arreglan nada.
He dejado de creer en los vendehumo, en los que maquillan la verdad para quedar bien, en los que regalan los o铆dos como estrategia, y en los que aparecen cuando sopla el viento a favor, pero desaparecen cuando truena.
Tampoco creo en los que hablan mucho pero hacen poco. En los que te sueltan frases hechas y luego no se mojan. Ni en los “sabelotodos” que se creen por encima del bien y del mal, pero no son capaces de mirar a los ojos con humildad.
饾悋饾惃饾惒, 饾惉饾惃饾惀饾惃 饾悳饾惈饾悶饾惃 饾悶饾惂 饾惀饾惃 饾惇饾惍饾悶 饾惉饾悶 饾惉饾悽饾悶饾惂饾惌饾悶 饾悵饾悶 饾惎饾悶饾惈饾悵饾悮饾悵. Creo en los besos con los ojos cerrados, en los abrazos que te recomponen el alma, en las palabras que salen del coraz贸n y no del gui贸n.
Creo en el “te quiero” sincero de mi madre, en los consejos de mi padre, en los “pap谩” que me dicen mis hijas con ternura y en esa sonrisa que me lanza mi nieto y me desarma.
Creo en los gestos que no buscan aplausos. En las manos que se tienden sin pedir nada a cambio. En la gente que no hace ruido, pero te cambia el d铆a con una mirada.
Ya tengo una edad en la que si lo veo, lo creo. Lo dem谩s, me suena como lluvia tras los cristales: ah铆 est谩, pero no me cala. Lo que diga menganito o zutanito, lo dejo para las tertulias de patio, donde se vive m谩s del chisme que de la verdad.
Yo ya eleg铆 en qu茅 creer… Y t煤, ¿en qu茅 crees?
Texto: J.M. Quir贸s.
Fotograf铆a: Nils-Erik Larson.
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