ANSIEDAD DIGITAL Y NOMOFOBIA.


Los dispositivos digitales son intrusivos, son invasivos, son ruidosos, son estresantes, son horribles y, sin embargo, ya no podemos prescindir de ellos.


¿Quién de nosotros tendría el coraje de salir de casa sin un teléfono inteligente? El teléfono inteligente ya es parte de nosotros. El teléfono inteligente es una extensión de nuestro cerebro.


Hoy en día, todos necesitamos llevar nuestros teléfonos inteligentes con nosotros en todo momento porque sin ellos nos sentimos literalmente desconectados del mundo.


Esta adicción a los teléfonos inteligentes se ha vuelto tan fuerte que los jóvenes han desarrollado verdaderos trastornos mentales debido a la adicción tecnológica.


La nomofobia es una nueva y peligrosa patología psicosocial causada por la ansiedad digital.


NOMOFOBIA:


«Las tecnologías de la información digital son capaces de exacerbar diversas formas de fobias humanas, como se puede ver claramente en el caso de una variante de ansiedad por separación que no existía hasta hace unos años y que ahora ha pasado a desempeñar un papel importante en la vida de muchos: el miedo a separarse de un teléfono inteligente o a no poder usarlo.


La expresión "angustia por separación" parece absolutamente adecuada dado que lo que está en juego no es la eliminación de la posibilidad de utilizar cualquier dispositivo tecnológico, sino la interrupción de los contactos sociales creados a través de la tecnología, es decir, de la "separación" en el verdadero sentido psicológico del término.


Este miedo a no tener el teléfono disponible ya había sido descrito en 2008 por el británico Steward Fox Mills y ahora existe un nuevo término para indicarlo: «nomofobia» («sin teléfono móvil» y «fobia»).


Una encuesta realizada a 2.163 británicos descubrió que el 53% de los participantes se sentían ansiosos cuando la batería de su teléfono o el crédito de la tarjeta SIM se estaban agotando, cuando no había cobertura de red o cuando no podían encontrar su teléfono móvil.


Debido a estas ansiedades, una de cada dos personas nunca apaga su teléfono celular. Según un informe publicado en Psychology Today el 18 de septiembre de 2014, estas formas de ansiedad han aumentado significativamente en Estados Unidos.


Entre las personas que usan un teléfono inteligente, dos tercios lo mantienen cerca o consigo cuando duermen (para no quedarse fuera de nada), un tercio de ellos dice haber usado su teléfono inteligente incluso durante las relaciones íntimas, una quinta parte prefiere salir de casa sin zapatos que sin un teléfono inteligente, y más de la mitad no puede apagarlo, es decir, no soporta la "separación".


En la revista especializada Computers In Human Behavior un grupo de investigación brasileño discutió el caso de un paciente de 30 años que sufría de nomofobia, probablemente desarrollada a partir de una fobia social y tratada con una combinación de terapia farmacológica y psicoterapia.


Un estudio indio sobre la nomofobia, realizado con 200 estudiantes universitarios (92% mujeres), ya había identificado una incidencia del 18,5% en 2010. En Estados Unidos, según la encuesta de 2014 descrita anteriormente, dos tercios de todos los usuarios de teléfonos móviles (66%) sufren nomofobia.»*


Para concluir, planteémonos una pregunta sencilla: ¿qué pasaría si se produjera un apagón en Internet que durara más de una semana? ¿Quizás la gente se volvería loca y la sociedad caería en el caos? Parece una opción más que plausible…


Francisco Centineo

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