Cirilo, santo, as3sino, oculto en la historia e inspiración para los nassis (Matías Borrego)



Uno de los mayores ases1nos de la caterva cristiana fue san Cirilo. “Este prenda” se merece al menos una somera descripción de las canalladas que llevó a cabo, con lo que tenemos otra de las muchas pruebas de que la peste ensotanada autoriza y alienta los crímenes con los cuales disfruta, pues a este sujeto de tan mala catadura lo hace modelo de cristiano al otorgarle el título de santo.
San Cirilo es muy loado por la tradición cristiana, quizás por eso Eugenio Pacelli, alias Pío XII, decidió imitarlo y apoyó la llegada de Hitler al poder como también la Solución final para exterminar a todos los judíos que encontraran los nazis señalados con los dedos asquerosos de los curas. San Cirilo fue el artífice de la primera Solución final, pero no acaban ahí sus hazañas.
Mató a seguidores de Nestorio, otro cristiano jefe del patriarcado de Constantinopla, quien perdió ante Cirilo en las luchas por el poder. San Cirilo mató a la mujer científica Hipatia -no os perdáis la película sobre ella de Alejandro Amenábar- mediante la basura de los cristianos parabolanos, quienes la desnudaron, trocearon su carne con conchas marinas y la quemaron, como ya explico con más detalle en otro artículo, Quizás la primera Caza de Brujas. También persiguió y asesinó a todos aquellos disidentes cristianos que le hacían sombra en su poder. Se hacía acompañar por una banda de monjes asesinos que, como perros rabiosos, asesinaban y torturaban cuando Cirilo los achuchaba. Así acabó con la desgraciada Hipatia como con otras muchas víctimas de esa fuerza asesina que otorga la fe cristiana.
Cirilo les robó todas las sinagogas a los judíos en Egipto, también incendió las sinagogas de Palestina mediante sus perros rabiosos, los monjes fanatizados. En Alejandría, él era el jefe del patriarcado de esta ciudad, saqueó, robó y quemó las propiedades de los judíos gracias a su acumulado odio por la codicia y la psicopatía, acostumbrando el cerebro a las iniquidades, sabiendo que detrás de todo eso está el robo para disfrutar de los bienes de los asesinados. Un número de estos desgraciados, por iniciativa del santo, que va de cien mil a doscientos mil fueron expulsados de Alejandría, una comunidad hebrea que llevaba unos setecientos años creada. La cantidad de muertos por la violencia y por el hambre al ser los expulsados privados de sus bienes de subsistencia es difícil de calcular, pero conociendo el celo cristiano en el arte de asesinar, nos podemos hacer una idea de aquel hacer trágico, sádico y cruel.
Los nazis, sicarios del capitalismo, no tuvieron que ideologizar mucho para justificar el exterminar de los judíos, la tradición cristiana está repleta de esta praxis. Necesitaban unos chivos expiatorios, usaron la ideología cristiana, crearon una industria sofisticada de exterminio y Eugenio Pacelli la bendijo en el secreto de sus santos aposentos. De haber vencido los nazis, Pacelli habría bendecido esta canallada en público. ¡Qué no se dude!
Este modelo de cristiano, el gran Cirilo, según los panegiristas católicos, en sus luchas contra Nestorio se hacía pasar por monofisita, mientras que el otro pájaro era difisita. Ambas patrañas servían para justificar las luchas por el poder entre cristianos. Esta quimera de monofisitas y difisitas duró siglo y medio y ensangrentó bastante las relaciones entre estos cristianos que deben de perdonar a sus enemigos, sólo que cuando surgen el calificativo de enemigo de Dios tal aforamiento pierde su vigencia y la degollina comienza por el bien del Yahveh, Zeus, Deus, el Dios de los Estados pontificios, el Dios del Vaticano, el Dios de los protestantes, el Dios de Grecia, Rusia, Bulgaria....
Cuando el papa de Roma, sobre todo con León I el Magno, pretende ser el jefe de todos los cristianos –no hay nada en el cristianismo diciendo que debe haber un jefe único- esas estupideces dogmáticas de monofisitas y difisitas ya no sirven; pero hay otras excusas, y cobran su vigencia cuando los cristianos de nuevo se asesinan entre sí, por ocupar como siempre los puestos de mando de los diversos grupos de los hombres de fe cristianos acaparadores de los valores de Dios que están respaldados por el oro, plata, monedas, campos, casas y esclavos que acumulan, aunque, cuando la humanidad avanza, no le hacen ascos a la moneda fiduciaria y son los primeros en enseñar cómo se usa este nuevo tipo de dinero acumulando todo lo más posible caiga quien caiga “Ad maiorem gloriam Dei” Para mayor gloria de Dios.
Cuando vayan los curas, como acostumbran, de víctimas perseguidas, conviene recordarles la gran cantidad de ocasiones en que los ensotanados se han asesinado entre sí, como entre católicos y protestantes. La Guerra de Los Treinta Años, y las guerras civiles en Francia que enfrentaron a católicos y hugonotes son buenos ejemplos. El mentado papa por sus hazañas, Hilderbrando Aldobrandinischi, alias san Gregorio VII, también sirve de ejemplo, pues mientras follaba con Matilde de Canossa, se las apañaba para asesinar a los curas que no seguían el celibato y a las mujeres de estos convertirlas en putas o esclavas sexuales de los soldados. Por cierto, el celibato del que no hablan los farragosos y absurdos escritos cristianos sirve para que los bienes de la Iglesia se quedaran en ella y no pasen a los herederos de los curas, lo cual sucedería si los curas se casaran y sus hijos heredaran sus bienes. Así, los curas que tengan hijos los tienen que esconder.
¡Cosas de los curas! Ellos dirán ¡cosas de Dios! “Caco in Deo” me cago en Dios.
-HISTORIA CRIM1NAL DEL CRISTIANISMO. KARLHAEINZ DESCHNER
-HISTORIA SE&UAL DEL CRISTIANISMO. KARLHAEINZ DESCHNER.
-LOS PAPAS Y EL SE&O. ERIC FRATINI. 
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