Calzadas romanas.
Las calzadas romanas: El sistema vial que unió un imperio
¿Sabías que el Imperio Romano construyó más de 400,000 kilómetros de calzadas, conectando desde Britania hasta el norte de África y desde Hispania hasta Mesopotamia? Estas vías no solo fueron una hazaña de ingeniería, sino también el secreto detrás del éxito militar, económico y cultural de Roma.
Las calzadas romanas, como la famosa Vía Apia (312 a.C.), estaban diseñadas para durar. Construidas con capas de piedra, grava y arena, tenían un ancho de 4 a 6 metros y contaban con zanjas de drenaje a los lados para evitar inundaciones. Cada milla romana (1,480 metros) estaba marcada con un hito de piedra que indicaba la distancia a Roma, el centro del imperio.
Estas rutas no solo permitían el rápido movimiento de las legiones (un ejército podía marchar 40 kilómetros por día), sino que también facilitaban el comercio. Por ejemplo, la Vía de la Plata en Hispania transportaba plata, oro y otros recursos hacia Roma. Además, las calzadas eran un símbolo de unidad: conectaban ciudades, templos y mercados, difundiendo la cultura romana por todo el imperio.
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