El día que decidí ser libre.

 


El día que decidí ser libre

dejaron de apretarme los zapatos.

Crucé en rojo todos los semáforos,

escogí el camino de baldosas amarillas

y dejé la cordura en la terraza de la esquina.

Cerré de un portazo puertas y ventanas,

tiré por la borda todos los protocolos,

aprendí lo que querían que desaprendiera.

Me deshice de preocupaciones

y de un montón de papeles.

Rompí promesas, muros y vajillas enteras.

Me crecieron los enanos pero también las alas,

tumbé las señales de "prohibido", pasé

e hice, al fin, lo que me dio la gana.


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