Qué le pido al Año Nuevo.

 

Manos tomadas todo el año, hombros que te sostengan , corazones donde vivir sin fecha de caducidad.  

Cuando le pidas algo a diciembre, pídele que te traiga ojos que brillen por ti y para ti, palabras que te protejan y cuiden como el sol en los días fríos, las pequeñeces que valen todo en la vida, lo esencial que ocupa, sin pesar, el lado izquierdo del pecho y la levadura de la alegría que hace que la vida valga la pena.  

Cuando le pidas algo a diciembre, pídele que te enseñe a vivir con el corazón abierto y creer así como así que hay una luz al final del túnel para cada oscuridad que tengas que enfrentar. Para qué pedir algo si lo tenemos todo...

¿Y qué quieres que te traiga el año venidero?

Nada, no quiero que me traiga nada, lo único que quiero es que no se lleve...

Que no se lleve lo que ya tengo,

que no se lleve el techo que nos cobija,

el plato que nos alimenta,

la manta que nos abriga,

la luz que nos ilumina,

la sonrisa de mis hijos,

la salud como tesoro,

el trabajo como sustento,

la amistad, la compañía,

los abrazos,

las caricias,

los "te quiero"

los "te amo"

Por eso, Diciembre, este año no te pido regalos, porque ya he recibido tanto. He aprendido a valorar los momentos simples, la risa de los míos, el abrazo que no esperaba, las pequeñas victorias diarias que pasaron desapercibidas.

No necesito cosas envueltas en papel brillante, sino que me dejes conservar lo esencial: la salud de los que amo, la paz en mi corazón y la esperanza de que, pase lo que pase, siempre habrá un mañana para intentarlo de nuevo.

Diciembre, no nos quites nada. No nos quites la compañía de quienes amamos, no nos arrebates los sueños que aún quedan por cumplir. Déjanos cerrar el año con gratitud y abrir el próximo con fuerza. Porque a veces, lo más grande no está en lo que se nos da, sino en lo que logramos conservar.

Y eso es más que suficiente

R.G.ANA

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