El Manuscrito Carmesí .


 Sentado en un mirador de mi prisión, llámenla aquí como quieran, veo la sierra oscura perfilarse contra el horizonte, y veo el yebel al arús, el “monte de la novia”. no hace mucho he sabido por qué lleva ese nombre.

Movido por la añoranza que afligía a Azahara por la nieve, ya que había nacido en Elvira, su amante Abderramán III plantó en ese monte incontables almendros para que, durante el mes de enero, en flor, semejaran una extensión nevada.

Ante aquella olorosa blancura, comprendía Azahara cada año que las pruebas del amor pueden ser infinitas. y lloraba de dicha en la ciudad a la que dio su nombre de flor.

Autor: Antonio Gala 

Libro: El Manuscrito Carmesí.


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