El diablo.




Cierto día, el diablo que es muy malo, terriblemente malo,

reflexionó sobre su vida y su futuro.

Se sentó a las orillas de un gran lago de fuego al sur del infierno, por la esquina que colinda con el paraíso.

era un atardecer dorado y precioso, muchas llamas naranjas, gritos de dolor, rechinar de dientes, pecadores en llamas y todo tipo de criaturas pululantes se retorcian de sufrimiento, gritaban y corrían de un lado a otro, aquello era un espectáculo hermoso,

pero...

ese día nada de aquello le sorprendía, gustaba o conmovía de ninguna forma, era toda una rutina, algo que había hecho durante muchísimo tiempo.

Y se dió cuenta que ya no recordaba el por qué había iniciado todo aquello, o ¿por que razón quería torturar almas por toda la eternidad?

dejó caer a un lado su tridente con el cual provocaba terribles dolores, lasceraba la carne y servia mucho para torturar sodomitas, herejes y brujas...

realmente había sido una herramienta muy útil desde los tiempos de la rebelión.

Respiró muy profundo el agradable aroma del azufre y se hizo a sí mismo la pregunta que tortura tanto a dioses como a mortales por igual,

¿que soy?

Ésta pregunta que lleva implícita otras como ¿cual es mi razón de ser? ¿cual es mi propósito?

Entonces se observó a sí mismo torturando almas por toda la eternidad,

----Eternidad----

Es mucho tiempo, pensó...

En ese momento sintió un vacío inmenso, algo que jamás había sentído, y era del tamaño de la eternidad...

Entonces otra pregunta nació en su malévola mente;

¿no habrá alguna otra cosa a la que me pueda dedicar?.

Suspiró profundo, y recordó cuando hacia cosas interesantes,

"me gustaba la buena música y ejecutaba el violín", dijo en voz alta, como queriendo que alguno de sus demonios secuaces o algún pecador lo escuchase, pero nadie...

Ninguna alma lo escuchó, estaban mas interesados en sus absurdos y aburridos sufrimientos.

¿que sabrán estos miserables de buena música? Se dijo a si mismo con resignación y consuelo, recordó también que le gustaban todas las artes, las ciencias, la medicina, la poesía, la astronomía y pensó en aquel momento en que, en su afán por salvar a los mortales de su ignorancia, se vistió de serpiente y le regaló una manzana a una mujer, la manzana contenía todo tipo de conocimientos, aquella mujer fue duramente recriminada por aceptar semejante regalo y aun hoy en día es señalada toda su descendencia.

En otro intento, se robó el fuego del conocimiento y lo compartió con los miserables e ignorantes mortales, por aquello, él mismo fue terriblemente castigado, atado a una piedra y su cuerpo descuartizado por aves gigantes todos los días.

Algo salía mal cada vez que quería compartir conocimiento.

Pero fueron buenas épocas... y su malvado rostro dibujó una ligera sonrisa,

y así fue como el diablo, en medio de una crisis existencial decidió viajar, retomar aquellos buenos días, ir a otros mundos, quizá, --- pensó--- ¡tal vez en otros mundos hay mas criaturas como yo!, quizá encuentre compañía o hasta eso que llaman amor...

pero... ¡Un momento!

¿quien se encargaría de esparcir el mal por este mundo?

pensó un poco y enseguida resolvió que dejaría el mal a cargo de los humanos! son buenos en eso, llevan mucho tiempo haciéndolo por su cuenta, en realidad no me necesitan!


Se fue,

buscando la vida, o buscando la muerte, eso nunca se sabe...

Fress Pm

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