Así funciona una calabaza.



Así funciona una calabaza. Necesitas al insecto profesional.

La polinización de la flor de la calabaza  ha traído de cabeza a más de un horticultor aficionado. Y con razón.

Te resumo el proceso cómo funciona:

Las plantas de calabaza tienen flores masculinas y femeninas separadas en la misma planta. Las flores masculinas producen polen, mientras que las femeninas tienen un ovario que se convertirá en el fruto. Visualmente son diferenciables a simple vista, las femeninas tienen un engrosamiento en su base redondo  al emerger.

Vale, pero para que esa fecundación se lleve a cabo hay que contar con polinizadores especializados: Las abejas son las ideales, pero no todas son igual de eficaces, especialmente  hábiles son las del género Peponapis (abejas de la calabaza). También pueden ayudar, aunque no sean tan eficientes, otros tipos de abejas melíferas y abejorros.

El polinizador ha de visitar primero la flor masculina y recoger polen, luego lo transfieren a las flores femeninas mientras buscan néctar. Este proceso es esencial para la fertilización y el desarrollo del fruto. 

Si no hay suficientes polinizadores naturales, los jardineros pueden realizar la polinización manual. Esto se hace transfiriendo polen de una flor masculina a una femenina usando un pincel pequeño o un bastoncillo de algodón. Sin una polinización efectiva, las flores femeninas no se fertilizan y no producen frutos, o los frutos pueden ser deformes, malograrse a los pocos días o ser de menor tamaño. Vamos, una decepción hortícola en toda regla.

Y la cosa se complica ligeramente cuando descubrimos que en  condiciones climáticas adversas, como la lluvia intensa o el calor extremo, se puede reducir la actividad de las abejas y, por lo tanto, la polinización. O peor aún, que alguien del entorno, un vecino o tú mismo, use pesticidas. A menos abejas, menos polinización.

La pregunta clave: ¿En qué zona podemos encontrar con seguridad las abejas peponapis?

Pues ahí donde evolucionó esta planta y sus flores las encontrarás. Estas abejas se encuentran principalmente en América del Norte, desde la costa este de los Estados Unidos hasta la costa oeste de México. Habitan cerca de plantas de la familia Cucurbitaceae, como las calabazas claro, ya que dependen de estas plantas tanto para su alimentación como para la polinización. Las abejas de las calabazas suelen anidar en el suelo, cerca de estas plantas, donde pueden acceder fácilmente al polen y néctar de las flores de calabaza. Y es así porque dependen completamente de ella.

Los machos de la Peponapis pruinosa  patrullan las flores en busca de hembras con las que aparearse. Saben que deben andar cerca.

Después del apareamiento, las hembras buscan un lugar adecuado en el suelo para excavar un nido. Prefieren suelos arenosos y bien drenados cerca de las plantas de calabaza. La hembra crea celdas individuales dentro del nido y deposita un huevo en cada celda. Luego, provee cada celda con una mezcla de polen y néctar de la calabaza, que servirá de alimento para la larva cuando eclosione.

Al eclosionar, las larvas se alimentan del polen y néctar almacenados en las celdas. Después de completar su desarrollo, las abejas adultas emergen del suelo. Este ciclo generalmente coincide con la temporada de floración de las plantas de calabaza, asegurando que haya suficiente alimento disponible. Y así, año tras año. 

Este ciclo de vida está estrechamente ligado a la disponibilidad de plantas de calabaza, lo que hace que estas abejas sean especialistas en la polinización de estas plantas.

En Europa la polinización recae en insectos no especializados, y eso se nota en la cosecha, a veces decepcionante.

El jardín del calvo FB


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