No puedo decir que tengo entre los dedos.
No puedo decir que tengo entre los dedos
certezas y verdad... ni claridad o serenidad...
Tengo los bolsillos llenos de dudas y preguntas,
de esperas interminables, de esperanzas luminosas...
Pero amo la vida lo mejor que puedo,
aceptando también los dolores y los silencios...
Me sentaré en la puerta de mis días
y observo tratando de aprender,
de alegrarme, de sorprenderme....
Y cada vez que la vida logra sorprenderme,
le sonrío con la misma gratitud
de una niña que recibió
un regalo tan deseado...
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