La persona retorcida.
La persona retorcida siempre tiene argumentos para defenderse, porque en caso contrario no actuaría con maldad.
Es el primer concepto que hay que entender, el hecho de que se creen sus propias mentiras, cuando uno tiene que afrontar relaciones con gente tóxica, compañeros de trabajo, familiares o vecinos con los que no hay más remedio que mantener un mínimo contacto.
Ellos se construyen un relato para actuar como actúan, de modo que establecen, sin saberlo, todo un parapeto de justificaciones cuando les echas en cara su comportamiento.
Segundo concepto a retener, casi siempre su defensa la basan en el victimismo.
'Yo no soy malo, me han hecho que sea así'.
Hay una última y tercera variante, suelen ser narcisistas.
'Primero yo, luego yo y, por último, yo'.
Qué pereza dan.
Salvador Navarro escritor
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