La bola de cristal.


 La bola de cristal que veis en la imagen, fotografiada en 1954 por Reuben Goldberg, perteneció a la emperatriz china Cixí (1835-1908), viuda del emperador Xianfeng. El peculiar artefacto llegó hasta su sede actual, el Museo de la Universidad de Pennsylvania (EE UU), después de que esta institución se lo comprara en 1927 al célebre anticuario John Wanamaker, quien lo recuperó en Shanghai tras haberse perdido su pista durante más de una década. Por aquel entonces, la bola de cristal de Cixí era uno de esos “objetos malditos” de los que todo el mundo hablaba pero cuyo paradero era un misterio, como ocurría con muchos de los tesoros que habían desaparecido del Palacio Imperial de Pekín. Por cierto, la bola de cristal de la Emperatriz Viuda, como se conocía a Cixí, no está hecha de vidrio corriente, sino que se fabricó a partir de una enorme pieza de cuarzo puro a la que se dio forma esférica en un proceso que duró años.

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