¿Te imaginas un árbol que puede desplazarse?


 ¿Te imaginas un árbol que puede desplazarse? 

¡¡Un árbol que camina vamos!!! ☺️

En Ecuador, el Socratea Exorrhiza, conocido como el árbol andante, fascina con su capacidad única de "caminar".

 Sus raíces aéreas actúan como "patas", permitiéndole desplazarse lentamente en busca de luz solar óptima. 

A medida que el suelo se erosiona, desarrolla nuevas raíces que encuentran terrenos más estables y fértiles, facilitando su movimiento de hasta 2-3 centímetros diarios o 20 metros por año. 

Aunque debatido por algunos científicos, este fenómeno muestra similitudes con otras plantas, como el cactus Creeping Devil, que también se adapta migrando en entornos desérticos.

Imagina que estás sentado en la base de un árbol cuando sientes que algo se mueve debajo de ti. 

De repente, el árbol te saluda, levanta sus gigantescas raíces y empieza a caminar. 

Sabemos que estos árboles no existen, pero ¿puede ser que haya una comparación en la vida real?

Toma nota acerca de las características de la Socratea exorrhiza.

Sabemos que una de las grandes diferencias del reino vegetal con respecto al reino animal es que las plantas tienen raíces. 

Estas estructuras las anclan a la tierra, impidiendo a las mismas moverse. 

Sin embargo, una vez más, la naturaleza nos sorprende con una especie vegetal única. 

Se trata de una palmera que supuestamente camina, la Socratea exorrhiza.

Esta palmera crece en las selvas tropicales de Sudamérica y América Central. 

Es un árbol que mide entre 15 y 20 metros de altura y 12 centímetros de diámetro, pero puede llegar a alcanzar los 25 metros de altura y los 16 centímetros de diámetro.

Esta palmera perenne es de crecimiento rápido y posee un único tronco sin ramas. 

Su esbelto tronco termina en una copa con alrededor de unas 7 hojas pinnadas de color verde oscuro. 

Las hojas pueden medir entre 1.5 y 2 metros de longitud. 

Este árbol produce grupos de flores blancas en forma de inflorescencias colgantes que son polinizadas por escarabajos. 

Una vez polinizadas, se originan los frutos de unos 3 centímetros de tamaño y forma ovoide.

Sin embargo, lo más sorprendente de la Socratea exorrhiza son sus raíces. 

Esta planta posee un conjunto de raíces aéreas que crecen por encima del nivel del suelo y que pueden llegar a medir 3 metros de largo. 

Dichas raíces tienen pequeñas espinas blancas de forma cónica y se agrupan en conos abiertos formando un sistema de zancos. 

La función de estas raíces aéreas no está clara y es tema de debate entre los científicos… 

Según el biólogo y periodista científico Karl Gruber, el árbol utiliza estas raíces como mecanismo de adaptación a la erosión del suelo. 

A medida que el suelo se desgasta, la palmera forma nuevas raíces aéreas que alcanzan zonas próximas más estables donde se anclan. 

La planta deja que las antiguas raíces se pudran. 

Según este investigador, las raíces actúan como pequeñas piernas y permiten a la palmera desplazarse más de 20 metros al año🥺.

El paleobiólogo Peter Vrsansky comparte esta teoría. 

Este científico afirma que estos árboles se mueven por el bosque a base de hacer crecer nuevas raíces. 

Esto les permite volver a ubicarse a un ritmo de 2 o 3 centímetros diarios. 

Según Vrsansky, este proceso de reubicación a un nuevo lugar con mejor luz y suelo más sólido puede durar un par de años.

La pregunta sigue abierta… 

¿camina o no camina la Socratea exorrhiza? 

Solo más investigación resolverá este gran misterio.

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