Era una cálida noche de diciembre.




  "Era una cálida noche de diciembre; el cortante aire de la mañana se había suavizado, incluso era tan suave como en otoño.

No había nevado, y los largos campos, que bajaban desde la granja, estaban marrones y maduros. Una tranquilidad extraña, como un ensueño había caído sobre la tierra purpúrea, los oscuros bosques de abetos, los bordes del valle y las praderas marchitas. La naturaleza parecía haber plegado satisfecha sus manos para descansar, sabedora de que le había sobrevenido un sueño helado."

-L.M. Montgomery


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