Charles Chaplin.



Cuando ganó suficiente dinero, sacó a su Madre del asilo para enfermos mentales donde se encontraba, en las cercanías de Londres, para que pasara sus últimos años en una lujosa mansión en California con todos los cuidados.

Cuando la visitaba, muchas veces ella ni siquiera le reconocía, otras, su Madre le metía en los zapatos trozos de pan envuelta en periódico, tal vez un eco del hambre atroz que pasó de niño.


Un 16 de abril de 1889 nacía Charles Chaplin.

Desde muy pequeño estuvo vinculado al mundo de la interpretación, sus padres fueron artistas de music-hall y el debutó a los 5 años.

Su padre alcohólico los abandonó.

Él  junto a su madre y su hermano, pasaron dos años en el Asilo para Pobres de Lambeth, por un grave cuadro de desnutrición.

Ingresó en 1907 en la Compañía de mimos de Fred Karno, con ella llegó a EEUU en 1910 y en 1913 finalmente a Hollywood.

Un año más tarde, en los estudios de la Keystone, durante el rodaje de la película Aventuras extraordinarias de Mabel, nació su personaje de Charlot, y con el la Leyenda.

El éxito fue inmediato.

En docenas de películas, éste Eterno Vagabundo, a través de su personaje sin palabras, denunció las desigualdades sociales de su época, con dignidad, humor e ingenio, siempre con un espacio para el romance y la aventura.

Tiempos Modernos constituye un gran alegato contra el Capitalismo, y su mítico discurso final en el Gran Dictador, donde por primera vez habla, se ha convertido a través del tiempo, en un llamamiento Universal, a la Paz, la Libertad y la Tolerancia, a la altura de los de Gandhi o Martin Luther King.

Partió mientras dormía, una noche de Navidad de 1977.

Chaplin fue Mimo, Músico, Escritor, pero sobre todo un Mago, que con el Lenguaje Universal de su Arte único, definió un nuevo concepto de Humanismo, el de la Solidaridad, el que hoy más necesitamos.

Recuerdo a esos Bailarines callejeros, que bailaban temblando de frío y de hambre. Yo era como ellos... 

Y en las noches, en esas noches mágicas cuando me quedaba dormido, arrullado por mis cuentos de hadas, esperaba el día para volver a verlos...


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