Vampira.


Hace algunos años, un equipo de arqueólogos italiano descubrió en la isla de Lazzaretto Nuovo, en las inmediaciones de Venecia (Italia), el esqueleto bien conservado de una “vampira” que vivió y murió en el siglo XVI. 

El inquietante calificativo viene de que el cadáver de la mujer presentaba varios signos vinculados con los exorcismos contra los vampiros medievales. 

El más evidente era que tenía un ladrillo encajado entre sus mandíbulas, una medida precautoria con la que se pretendía evitar que la “vampira”, enterrada en una fosa común con víctimas de alguna plaga, siguiera alimentándose con la sangre y vísceras de sus infortunados vecinos que, como ella, yacían en el improvisado cementerio. 

No en vano, en aquella terrible época de enfermedad y muerte a los vampiros también se los conocía como “comedores de mortajas”. 

En la imagen junto a estas líneas, ilustración de D. H. Friston para “Carmilla”, célebre relato de terror gótico escrito por Sheridan Le Fanu que se publicó en la revista “The Dark Blue” en 1872.


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