Siempre hay esperanza.

El sultán de Persia había sentenciado a muerte a dos hombres. Uno de ellos, sabiendo cuanto el sultán amaba a su caballo, se ofreció a enseñarle al caballo a volar, en el término de un año, a cambio de que le perdonaran la vida. El sultán imaginándose ya él único jinete del mundo montado en un caballo volador, aceptó. El otro prisionero miró incrédulo a su amigo: “sabes perfectamente que los caballos no vuelan –le dijo-. ¿Qué te indujo a ofrecer algo tan descabellado? Sólo estás posponiendo lo inevitable.”  “No es así –replicó el primer prisionero-. He calculado 4 posibilidades de obtener la libertad.  Primero, el sultán puede morir dentro del próximo año. Segundo, puedo morir yo. Tercero, el caballo puede morir. Y cuarto… puedo llegar a enseñarle a volar al caballo”.


The Craft of Power, R. G. Siu, 1979


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