El origen de la palabra cínico.
Cuando llamamos cínico a alguien, habitualmente estamos acusándole de tener una actitud sarcástica y displicente, o bien de mentir descaradamente. Lo que no sabemos es que, subliminalmente, le estamos llamando perro.
El cinismo era una escuela de pensamiento griega que defendía la vida sencilla como camino para alcanzar la felicidad. Su desdén hacia las convenciones sociales hizo que la palabra cínico se asociase con alguien que muestra total desprecio e indiferencia por la sociedad. Sin embargo, los cínicos tuvieron fama de vivir sin respetar aquello que predicaban, de ahí que también utilicemos la palabra para referirnos a alguien que miente desvergonzadamente.
El origen de la palabra cínico proviene del griego clásico κυνικός (kyon, kynós), que significa “perro” y comparte raíz con la palabra can , así que, literalmente, los cínicos eran “los perrunos”. Aunque existen diversas explicaciones sobre el origen de tan canino nombre ( algunos hablan de que el estilo de vida despreocupado y callejero de los cínicos les valió el apodo), al parecer, el nombre se debe a que el lugar donde el fundador Antístenes comenzó a impartir sus enseñanzas se llamaba Cinosargo, un antiguo gimnasio (de los de la Grecia antigua, el ancestro clásico de los actuales, aunque se sospecha que por aquel entonces no existía el spinning ;)) cuyo nombre significa “el perro ágil”. Posiblemente tanto el nombre del lugar como el aspecto desarrapado de los cínicos les hizo ganarse el sobrenombre.
Para terminar, una curiosidad más: uno de los cínicos más famosos fue Diógenes, el del síndrome de ídem. Sin embargo, la elección del nombre es más que desafortunada, ya que, lejos de acumular trastos inservibles, Diógenes defendía la vida despegada de los bienes materiales.
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