EL NINFEO.


Un ninfeo era una cueva o una gruta donde descansaban y retozaban las ninfas, según la mitología griega. Años después, este concepto se extendió a las fuentes artificiales que había en las ciudades consagradas a estos seres.

Bouguereau, amante de la forma femenina, se permite entrar en un ninfeo mítico y situarse entre los matorrales para espiar a las bañistas. Y así de paso regalarnos una instantánea llena de suculentos culos y tetas alrededor de la piscina natural.

Fuente: Historia del arte

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