Diarios.
Cuando pienso que soy joven, y que probablemente me queda aún mucho tiempo de vida o como quiera que se llame esto que hago, me desespero como si estuviera en un horrible vestíbulo, en una depresiva sala de espera; y qué hacer mientras espero: no pensar, eso sí que no, entonces leer revistas, leer novelas, no por amor a la literatura, sino por no ser en mí, sino para meterme dentro del libro y no sentir mi sucio pellejo, mi yo aburridísimo, mi memoria congelada, mi espíritu muerto.
Alejandra Pizarnik | Diarios.
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