LA PIEDRA.



Delante de la puerta cerrada en la roca

La mujer dijo las palabras mágicas:

"Abracadabra!"

Nada!

Abracadabra! Repitió más fuerte casi gritando.

La roca no se abrió.

Repitió una y otra vez la palabra mágica.

En un momento se descubrió con la garganta ronca

El eco de las montañas le  contestaba 

Lo mismo.

Nada.

La roca no se movió.

"Abracadabra"

Repitió la  maga.

Abra 

Abra...

Abr...

Contestó el eco en el viento.

Entonces  la maga usó las otras palabras que conocía:

"Abrete Sésamo!"

" Te ordeno que te abras en el nombre de Dios!"

"Por el sagrado designio del oráculo!"

"En el nombre de Hades ábrete quinto infierno!"

"Dogu gashe Tella Tella!"

"Open the door  now!!"

Chikesketee mosogue hugoii !"

Abrete maldita piedra!

Abrete 

Piedrita,  por favor!

Por fa...

Nada.

La piedra no se movió.

Cuando llegó el amanecer,

Cansada 

Y hambrienta

La maga se fue.

Cuando ella se había distanciado lo suficiente

La piedra se abrió.

Y allí estaban los dioses

Acurrucados contra el fuego,

Escondidos,

Temblando,

Lamentando la terquedad de esa mujer,

Maldiciendo la terquedad de la maga...

Por poco!

Dijo el Dios más Dios de todos los dioses.

Por poco!

Repitieron bajito, los dioses menores.

En lo alto, en la montaña,

La gran diosa madre sonrió.

Sabía que la mujer volvería.

Un día de estos,

Ella,

Armada con nuevas palabras mágicas,

Iba a volver.

La piedra no podría nunca,

Contra  la magia de la maga.

( Dedicado a todas las mujeres que están intentando abrirse caminos).

María Inés Parada - escritora

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