NO “ATRAES” EL ABUSO.



Si tenemos un historial de trauma, podemos, sin culpa nuestra, estar algo fuera de contacto con nuestra propia intuición, nuestra verdad más profunda, el Saber en nuestras entrañas. Es posible que nos hayan enseñado que básicamente somos defectuosos, erróneos, malos, indignos de confianza. Podemos, sin culpa nuestra, sentirnos atraídos por personas narcisistas, carismáticas, incluso manipuladoras y abusivas: amigos, parejas, familiares, maestros espirituales, terapéutas.

¿Por qué? Su trato hacia nosotros se siente familiar. Se sienten cercanos, como de la familia. Como mami, como papi. Sus patrones de manipulación, por dañinos que sean, nos son conocidos, predecibles, "seguros". Sus juegos se sienten como en casa. Su abuso se siente como amor. O al menos, lo que lamentablemente hemos llegado a esperar del amor.

No 'atraemos' el abuso, sin importar lo que nos digan las espiritualidades de la nueva era y las "psicologías" populares. Pero podemos, sin culpa nuestra, ignorar nuestros propios límites, nuestros propios anhelos más profundos, nuestras campanas de alarma internas, banderas rojas, nuestras dudas y discernimientos auténticos, esa sabia y amorosa voz interior que dice "te mereces mucho mejor que esto". 

Cuando, debido a un trauma, estamos desconectados de nuestro sentido más profundo de autoestima, en algunos casos podemos "permitir" que otros nos traten mal, sobrepasando nuestros límites. Podemos tolerar ciertos comportamientos, no hablar o defendernos (y reconozco que en algunos casos es completamente imposible defenderse, y somos inteligentes para mantenernos a salvo de cualquier manera que podamos). No porque queramos ser víctimas, o porque merezcamos ese tipo de trato, o por culpa nuestra, sino porque estamos programados para quedarnos con la “seguridad” de lo que conocemos, con lo familiar, con lo original, con la 'familia', con el 'pecado' original (mitológicamente hablando) hasta que despertamos, y escuchamos nuestro NO interior, y nos dirigimos hacia la verdadera segurida de lo desconocido.

Se necesita un coraje inmenso para hablar. Se necesita coraje para dejar a un gurú, una pareja abusiva o un miembro de la familia. Se necesita coraje para finalmente honrar lo que nuestras entrañas nos han estado diciendo durante tanto tiempo.

No atraemos el abuso. No estamos, por culpa nuestra, 'manifestando' maltrato, o incluso 'maldad', a través de nuestras vibraciones negativas o a través de nuestros sentimientos o pensamientos desalineados o erróneos. Sin embargo, podemos estar silenciando el grito sagrado en nuestras entrañas, la ira sagrada del niño interior. Y ahí radica nuestro poder. Porque todo lo que ha sido reprimido puede expresarse, y todo lo que ha sido cerrado puede florecer una vez más.

Derriba algunas paredes.

Ofende a algunas personas.

Haz un lío.

Di tu verdad.

Cuando estes listo.

Y ni un momento antes.

Jeff Foster

Comentarios