Hambre.


Aquellas órdenes eran tan humillantes que ni siquiera respondió. Una cosa empezaba a hacerse patente: Dan Crane no podía  soportarlo más. Desayuno. Lávate la cara. Límpiate las uñas. Cepíllate los dientes. Péinate. Cámbiate los calzoncillos. Cuelga el jersey. Vete a dormir. Despierta. Cállate. Habla. Estate quieto. Muévete. Abre la boca. Saca la lengua. Cierra la boca. Dan Crane había obedecido sin rechistar durante siete largos años. Siete años: un esclavo durante toda su vida.

John  Fante  - Hambre

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