No tiene usted por qué compararse con los demás.
No tiene usted por qué compararse con los demás, y si la naturaleza le ha creado para murciélago no debe usted aspirar a ser avestruz. A veces se tiene usted por demasiado raro y se reprocha por seguir caminos distintos a los que sigue la mayoría. Deje usted eso. Contemple el fuego, contemple las nubes y en cuanto surjan los presagios y comiencen a sonar en su alma las voces, abandónese a ellas sin preguntarse antes si le conviene o le parece bien al señor profesor, a papá o a un buen dios cualquiera. Con eso no hace uno más que echarse a perder, tomar la acera burguesa y fosilizarse."
- Hermann Hesse -
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