Mujeres con una habitación propia.
Desde tiempos inmemoriales, las mujeres creativas levantaban a su alrededor suspicacias y sospechas. Por algún motivo difícil de explicar, los hombres las temían. Las insultaban. Las apartaban a un lado. Las silenciaban. Pero no siempre lo consiguieron. Hubo mujeres como Aphra Behn, como Emily Dickinson, como las Hermanas Brontë, como Mary Shelley, como Virginia Woolf. Mujeres que se atrevieron a plasmar sobre el papel sus pensamientos y deseos. Mujeres que despreciaron los convencionalismos estúpidos impuestos por la religión y la sociedad. Mujeres que escribieron hermosos poemas que hablaban de la vida y la muerte, estremecedoras novelas de pasión y desgarro, historias que explicaban el mundo tal y como ellas, las mujeres, lo veían y lo sentían. Novelas como “Cumbres borrascosas”, “Middlemarch”, “Frankestein”, “La Señora Dalloway” y muchas otras. De todo esto se habla en MUJERES CON UNA HABITACIÓN PROPIA, un libro sobre mujeres y literatura, sobre mujeres que antes que nada, y contra viento y marea, quisieron vivir en libertad, y para ello eligieron sus propios caminos, que les ayudaran a mostrar al mundo su hermosura y su creatividad.
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