Siddhartha

 




Así que ella le enseñó cuidadosamente que uno no puede disfrutar sin dar placer, y que cada gesto, cada caricia, cada toque, cada mirada, hasta el último pedacito del cuerpo tiene su secreto, que trae la felicidad a la persona que sabe despertar Es eso. Ella le enseñó que después de una celebración de amor los amantes no deben separarse sin admirarse mutuamente, sin ser conquistados o haber conquistado, para que ninguno sea sombrío o abolido o tenga el mal presentimiento de ser utilizado o mal utilizado. ”

Hermann Hesse, Siddhartha


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