LOS LIBRES.


En los días, los guía el sol. En la noche, las estrellas.
No pagan pasaje, y viajan sin pasaporte y sin llenar
formularios de aduana ni de migración.
Los pájaros, los únicos libres en este mundo habitado
por prisioneros, vuelan sin combustible, de polo a
polo, por el rumbo que eligen y a la hora que quieren,
sin pedir permiso a los gobiernos que se creen dueños
del cielo.
EDUARDO GALEANO

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