Las abejas lo saben.
“Ningún ser vivo, ni siquiera el ser humano, ha realizado en el centro de su esfera lo que la abeja en la suya, y, si una inteligencia ajena a nuestro globo viniese a pedir a la tierra el objeto más perfecto de la lógica de la vida, habría que presentarle el humilde panal de miel”.
– Maurice Maeterlinck, La vida de la abeja, 1901
Las abejas lo saben: el empaquetamiento hexagonal de celdas es la forma más eficiente de agrupar tantas celdas como sea posible en un espacio limitado, dejando el mínimo espacio vacío.
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