El simbolismo que oculta la máscara.



La máscara no es solo un objeto que tiene múltiples formas, usos y funciones, además es un símbolo. Es un signo que establece una relación de identidad con una realidad, generalmente abstracta, a la que evoca o representa. En mejores palabras, es un objeto que se aprecia y se puede entender, pero el contenido que representa puede escapar de nuestros sentidos y entendimiento. La máscara puede evocar a otro plano del ser, es decir , al plano espiritual y transcendental. En este caso hablar de la máscara es hablar de lo visible e invisible.


¿Cual es la etimología de la «Máscara»?

La procedencia etimológica de máscara se entrecruza ya de entrada con tres vocablos de procedencias distintas, pero sistemáticamente relacionados.


La palabra «máscara» procede del árabe «máshara«, que significa bufón, payaso, persona risible. A su vez deriva del verbo «sáhir«, cuyo significado es «burlarse», pero «de alguien». Por otro lado, la palabra árabe se mezclaría con una antigua raíz europea «masca«, que significa «bruja». El tercero, sería de otro verbo, que se documenta en Europa, llamado «mascarar«, cuyo significado es «tiznar». En este caso la palabra se emparenta sistemáticamente con la palabra «máscara» (careta), porque la forma de ocultar la cara de una persona es tiznándolo; y con la palabra «másca» (bruja), porque la brujas para ocultar su rostro se tiznan para iniciar su labor en la oscuridad.


La máscara en este caso se relaciona con lo oscuro, tanto físico (tizne) como espiritual (la maldad, los poderes diabólicos, la estupidez) y con la ocultación social (marginalidad de las brujas y los bufones). Dentro de la oscuridad inmaterial se encuentra una dualidad, es decir, una oscuridad cómica, la del bufón que hace reír, y una oscuridad trágica, la del miedo, terror, los demonios o brujas. No obstante, la línea diferenciadora no está clara. Una bruja puede producir risa, o regocijo, pero un payaso puede dar terror y sobrecoger a las personas.


La oscuridad se relaciona con la ocultación, la identidad y sus manifestaciones. La oscuridad como identidad nos lleva a lo desconocido, es decir, a lo sobrenatural.


¿Qué simboliza la máscara?

Una máscara es la cara de un dios que la imaginación le ha atribuido. Para el ser humano es un instrumento de expresión psicológica humana, es decir, una forma de representar el drama de la vida en sus múltiples aspectos. Es una forma de revelar a veces nuestro verdadero yo.



La máscara es usada como representación de los dioses para sanar, para mantener la autoridad colectiva y las costumbres sociales. También para la iniciación o para escapar de la realidad. Un compendio de poderosas emociones arquetípicas (miedo, ira, decepción, alegría) cobra una forma artística impersonal en las máscaras, que paradójicamente soporta tanto la catársis como la desidentificación. La máscara no solo oculta el rosto de quien lo lleva, sino que hace brotar su instinto personal al suministrar vida temporalmente a un dios.

«El hombre es menos él mismo cuando habla por cuenta propia. Dele usted una máscara y dirá la verdad«.

Oscar Wilde

La máscara en ritual de iniciación representa la protección frente a los malvados y brujos por su revestimiento de una potencia mágica. Además, es el guía que muestra la luz, la claridad, la verdad a lo ciegos, los que desconocen la verdad. La máscara es usada como símbolo de lo aterrador en los ritos de iniciación tribal para disciplinar la conducta y mantener la catarsis colectiva.


Breve historia de las máscaras

El origen de la máscara se remonta a la antigüedad. Desde el Paleolítico el uso de las máscara ha sido una constante. Actualmente disponemos de múltiples tipos y de diversos materiales, como madera, paja, tela, tintes, cartón, piedra, latéx, plásticos, cráneos humanos, etc.


A diferencia de la máscara nos encontramos con la careta. Ésta suele solo tapar el rostro de manera parcial o disimular rasgos de la cara. En cambio, la máscara puede cubrir todo el cuerpo o la cabeza por completo.


Máscaras funerarias del Antiguo Egipto

Las excavaciones arqueológicas en Egipto han permitido hallar máscaras mortuorias. Gracias a ellas sabemos que los egipcios usaban las máscaras mortuorias para perpetuar en el tiempo los rostros de los muertos. Éstos tenían los rasgos de las personas fallecidas. Su función era de la de conectar el espíritu del muerto con el espíritu del mundo, además de honrar al difunto.



Los materiales que usaban era el cartón con lienzo o papiro, el cual iba revestido de estuco . Éste se tenía que secar, pero una vez seco presentaba una gran consistencia. Las láminas de oro eran para personas de cierta clase social, pero en caso de colocarlas no se hace ni en los ojos ni la boca. Esas partes eran representadas con incrustaciones o pintura. La máscara de los difuntos tenía también la función de protegerlos de los malos espíritus, ya que creían que la máscara los asustaban.


Las máscaras teatrales de la Grecia Antigua

Las máscaras de teatro griego en un principio estaban asociadas a los cultos religiosos, pero más adelante pasaron a formar parte del teatro. El dramaturgo Tepis fue el primero en usar la mascara para caracterizar a sus personajes, los cuales interpretaban dramas, actos religiosos o políticos, e incluso escenas de la vida cotidiana.


El nacimiento de las máscara griegas consistió en aplicar maquillaje de pigmentos blancos, marrones o grises. No obstante, tenemos máscaras elaboradas con lino moldeado, maderas talladas y algunas rematadas con pelos.



Las máscaras son de naturaleza inmóvil, es decir, son rostros con expresiones fijas de tragedia o comedia. Los actores podían variar su rostro para variar el estado de ánimo del personaje o interpretar a varios personajes. En un principio los interpretes de la obra eran hombres, por lo que las máscaras empezaron a ser cada vez más naturales.


En este caso los griegos usaban tres tipos de máscaras:


Máscara de comedia: son toscas y ridículas. Usan una sonrisa en la que los rasgos del personaje o los gestos quedan deformados.

Máscara satírica: de fantasía y con fisiomías zoomorfas.

Máscara de tragedia: representa a jóvenes, mujeres o viejos con rostros trágicos o severos. Se usaban para expresar los sentimientos de amor o pérdida.

Dependiendo del la máscara a usar el personaje sabía que tipo de traje va a utilizar y la personalidad, la emoción y el género a interpretar. Gracias al uso de la máscara se permitía a los espectadores identificar a cada uno de los personajes dentro de una obra.


Las máscaras romanas

En Roma nos encontramos con una evolución. Las máscaras se usaban en los cortejos fúnebres por actores para que se reconocieran y recordaran el rostro del difunto.


Los romanos usaban las máscaras para muchos fines. Uno de ellos fue para el teatro. Los actores usaban máscaras con grandes frentes y bocas abiertas, que impresionaban al espectador. Les evocaba misterio, miedo, interrogantes. La forma de la boca permitía crear una especie de trompetilla que permitía que su voz llegase a todo el público. El material con el que se elaboraban las máscaras era con piedra tallada o cartón.



El uso de las máscaras doble compuesta era para enseñar al público la emoción en cada momento. Por un lado, lleva la comedia, por el otro la tragedia. Eran máscaras que se usaban en comedias y pantomimas. En Roma comenzaron a usar las conocidas carátulas o personae. Éstas máscaras son realizadas con telas empapadas, las cuales se dejaban endurecer para luego darle forma. La boca era muy abierta y había huecos en los ojos para ver. Además, solían ir pintadas y pesaban menos por lo que eran más cómodas para los actores.


El uso de la máscara se adoptó a las fiestas saturnales en Roma. En este caso las máscaras y los disfraces permitían mimetizarse con aquello que se quería llegar a ser. Permitían alejarse de la realidad cotidiana con los bailes, la música y los banquetes que daba un respiro a una sociedad con sus normas, jerarquías y prejuicios. Las saturnales son el origen de lo que hoy es nuestro carnaval. Por último, tenemos constancia de la existencia de máscaras-casco, que se usaban para lucirlas en la práctica de deportes de caballería.


Las máscaras en la Edad Media

La máscara era considerada durante la Edad Media como una intervención del demonio al considerar como una manera de falseamiento. Además, era rechazada por alterar el aspecto que Dios ha dado al ser humano.




Tenemos un descenso del uso de las máscaras en las obras teatrales medievales. Sin embargo, su uso no era inusual en ritos funerarios y fiestas carnavalescas. Las máscaras eran caras artificiales, monstruosas, casi animalescas. Las personas que portaban estas máscaras permitían liberarse de sus ataduras sociales y provocar la risa entre el público. Su uso tenía un efecto en las personas que provocaba salir de su verdadero ser. Incluso, permitía al espectador tirar basura al enmascarado sin sentir vergüenza.


¿Qué función tiene la máscara?

Las máscaras son variadas en su tipo y función. Cuáles son:


Función religiosa y social

El uso de las máscaras en un contexto social y religioso tenía el objetivo de mantener el equilibrio de poderes y estructuras sociales dentro de una cultura. Es por ello que tenemos la representación en diversas máscaras de espíritus potencialmente malvados. Con ello se da un halo de misticismo y secretismo tanto a las ceremonias y rituales como a los participantes. Por ejemplo, en los rituales nocturnos de sociedades secretas, donde el iniciado tiene su máscara.


Tenemos constancia de que las máscaras en un contexto social se usan como herramienta disciplinaria. En el caso de las iglesia, usaban máscaras con piezas bucales de hierro, que, a la vez de disciplinar, también eran usadas para humillar al portador de la máscara de hierro en la plazas públicas, donde los asistentes podían golpearles.




El uso de las máscaras en tribus era de carácter religioso, donde las personas representadas eran jefes, amigos o enemigos. Era sentido como una conexión con el pasado y una forma de fortalecer sus lazos sociales. Además, se hacen ofrendas a los espíritus encarnados en las máscaras.


En el caso de los chamanes, sus máscaras, poseían una fuerza poderosa. que le permitía exorcizar espíritus malignos, hacer predicciones, curaciones, etc. Por último, habían máscaras con partes móviles que, por un lado, mostraban a un animal, pero abajo mostraban la imagen de un hombre. Esto simboliza el animal en el que podía ser transformado el chaman.


Función funeraria

Las máscaras funerarias podían ser representaciones de los fallecidos o presentar formas antropomorfas asociando a la muerte con la salida de los espíritus. La representación del difunto, como en el Antiguo Egipto, es una forma no solo de honrar al muerto, sino de proteger al difunto de los malos espíritus.



Función festiva y teatral

La máscara se usa desde la antigüedad para representaciones teatrales, pero es a partir del siglo XX cuando se generaliza el uso de las máscara para la festividad. En América Latina y Europa se usan en fiestas de carácter religioso como el carnaval o cambios de estaciones, fin de ciclos, etc.




El uso de la máscara en representaciones teatrales viene desde los griegos, pasando por los romanos hasta nuestros días. Se usa para comunicar, junto a al conjunto de la obra, una realidad. El tipo de máscara en el teatro varía tanto como el teatro mismo. Tenemos desde las máscaras de drama y comedia griega a las máscaras del teatro Noh.


Función Terapéutica

En este caso la máscara es usada por miembros enmascarados de tribus que limpian y curan enfermedades. Éstos guían a los demonios enmascarados fuera de los pueblos. Además, a través de una serie de rituales, limpian y curan los malos espíritus. Tenemos máscaras como la de la peste que tiene un aspecto tenebroso con el fin de asustar a los causantes de ese mal.



Por otro lado, tenemos el uso de máscaras para la fertilidad. En sus rituales realizan ofrendas de la cosecha anterior y se vierten elementos del cultivo en las máscaras. Por ejemplo, el espíritu de la lluvia se personifica en una máscara.


La máscara esconde un sin fin de historias. Desde la Antigua Grecia hasta nuestros días forma parte de nuestra vida. Es una herramienta que ha cambiado en su forma hasta acabar teniendo protagonismo en nuestras festividades, como Halloween o Carnaval. Gracias a su evolución hoy en día podemos disfrutar de ellas sin perder ese halo de religiosidad, misterio, respeto y terror.

 por Juan Antonio Ibáñez

deimperiosanaciones.com



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