Espiar el móvil de tu pareja.

 


Si encuentras historias que no te gustan en el móvil de tu pareja, la culpa es fundamentalmente tuya.

Si espías las páginas de internet que ha visitado, lees sus correos electrónicos o investigas sus llamadas telefónicas estás cavando la tumba de esa relación.
Llegados al punto en el que uno se ve con el derecho a espiar la intimidad de la persona amada, tenemos que plantearnos si el amor circula de verdad, porque no hay nada más vergonzante, para el que lo practica, que introducirse en terrenos que siempre deben estar vetados.
Cuando haya sospechas, uno tiene que plantearse el hablarlo, pero aplicar fórmulas detectivescas es la mejor forma de confirmar que una relación está muerta.
Si miras el móvil, es porque no eres feliz. Si piensas que te es infiel, es porque no te sientes querido.
Ante la duda, pregunta o retirada.
No todo vale. Si no confías, dilo, pero hay fronteras de la intimidad que no se deben atravesar sin que perdamos la razón.
Salvador Navarro (Escritor)

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