Amistad.

 


Es mejor que vengas siempre a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; tres horas ante empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así el valor de la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón.

 Antoine de Saint-Exupery

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