Amiga, perdón...
Amiga, perdón...
Por las veces que mi dolor no me dejó acompañarte en el tuyo.
Por las veces que te hice falta por estar en lugares que sobraba.
Por quitarte mi tiempo al dar tu existencia en mi vida por hecho.
Por minimizar tus tristezas, elevando las mías, utilizando la vara del egoísmo.
Por haber faltado a la cita que me esperabas y yo nunca entendí que había sido invitada.
Por ponerte en el banco de suplentes ofreciendo tu lugar a titulares que ya no recuerdo ni cómo se llaman.
Perdón por haberte dado menos que todo lo que nuestra amistad vale.
Por no estar para verte la sonrisa cada vez que un sueño chiquito y cumplido era una tregua con tu vida.
Por no medir las consecuencias de los abrazos que no te di.
De los besos que me comí.
De los kilos de helados que no compré
De las lágrimas que no sequé.
De los regalos que no te di.
Del amor que no te demostré.
De ese paso que diste y no festejé.
Por tenerte, por tenerte en mi vida, y no salir a alardear por todas las calles para que sepan que sos de las mías.
Que mi historia es la tuya.
Que mi angustia es la tuya.
Que mi felicidad es la tuya.
Que mi familia es la tuya.
Que mí miedo es el tuyo.
Y que mi vida...mi vida sin vos, amiga...
Al otro lado de la puerta
Al otro lado del tubo
Al otro lado del dolor
Al otro lado de lo que tengo
Al otro lado de lo que me falta
Mi vida sin vos sería igual que la de un hermoso pájaro, que vuela, claro que vuela, pero con un ala rota.
Lorena Pronsky
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