La Princesa y el guisante congelado.



Doce colchones pusieron uno encima del otro y bajo todos ellos un guisante.
Así probaba el Rey la autenticidad de las que se decían princesas para conquistar a su hijo, el príncipe, ya muy entrado en la treintena.
-¿Qué tal has dormido princesa? - Les preguntaba el capullo del Rey con ironía a las aspirantes.
-De fábula majestad.....
-¡Eliminada!.
-Fatal majestad.
-¿Sí querida, qué te ha pasado?.
El rey esperó su respuesta con cara de susto, pues le parecía demasiado bajita.
-He tenido que dormir en el diván, porque tengo miedo a las alturas.....
-¡Eliminada!
Y pasaron los años, el príncipe cada vez más viejo, el rey con más mala leche, las candidatas más escasas y entonces..... llegó ella:
Amparo María de la Bajoqueta, heredera del "Imperio del Colchón Luna & Buendia S.L.", experta probadora de colchones, somieres, futons y legumbres.
Se enfiló hasta lo más alto, saltó sobre la trampa como atleta sobre cama elástica, chafó el guisante, hasta entonces indestructible, y meneando la cabeza con gesto de desaprobación......les dejó su tarjeta, un catálogo de colchones, un paquete de habitas congeladas y partió en busca de nuevos retos.
Años después el rey murió sin nuera y el príncipe ingresó en un convento.
"Con las cosas de comer no se juega" fueron las últimas palabras del guisante.
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