Quizás una de las cosas que más necesitamos es aprender a distinguir lo útil de lo valioso. Un sacacorchos es útil. Un abrazo es valioso. Una puerta es útil. Una amistad es algo valioso. Un coche es útil, ver un atardecer es algo valioso.  Casi siempre, lo útil es más caro que lo valioso. De hecho, lo valioso rara vez cuesta dinero. Y esto ocurre porque el dinero es útil, pero no es valioso. Lo valioso genera mucha más felicidad a largo plazo que lo útil. Y sin embargo, a menudo, valoramos más lo útil que lo valioso. Los mejores momentos de la vida no cuestan dinero.  Cuando te asalte una preocupación, párate a pensar si lo que buscas es útil o es valioso. Aprende a distinguir,  y te darás cuenta de que vivir en paz, no es tan caro como te habían contado. 

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