Mi  cuerpo tenía hambre y sed y estaba pidiendo hacer el amor. (…) Pensé en su cuerpo blanco y desnudo, que parecía flotar en la oscuridad, en sus suspiros mezclados con el sonido de la lluvia. Y cuanto más pensaba en ello, más apremiaba el hambre en mi cuerpo, al igual que la sed. 

Haruki Murakami - Madera noruega



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