Tras las huellas de Pompeya.










 A diferencia de Pompeya, el flujo piroclástico del Vesubio en realidad conservó una gran cantidad de material orgánico en Herculano, en lugar de destruirlo. Estos esqueletos (aproximadamente 300) buscaban refugio en los cobertizos de los botes en el borde del agua cuando ocurrió el desastre. Estas imágenes son genuinos esqueletos humanos, no moldes de yeso de los huecos que quedaron cuando se rompieron los tejidos y órganos de Pompeya y algunos esqueletos. Estos huesos han proporcionado arqueólogos biomédicos con un tesoro de información de muestras de huesos en cuanto a dieta, salud, edades posibles, descripciones de trabajo, etc.

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