Quién muriera primero volvería a informar al otro de la otra vida.

 



El matrimonio había llegado a un acuerdo, quién muriera primero volvería a informar al otro de la otra vida, pues no sabían si existía la reencarnación.

Su mayor temor era que no existiera nada después de la muerte. Después de una larga vida juntos, el marido fue el primero en morir, y, fiel a la palabra dada, cumplió con lo acordado en vida.
–Puri, Puri…
-¿Eres tú, Paco?
-Sí, he vuelto y, tal como dijimos, te cuento.
Esto es maravilloso…
-¿Y qué haces…? ¿Qué se siente…?
-Me levanto por la mañana y nada más levantarme echo varios polvos. Tomo el desayuno y voy al campo de golf. Después hago la siesta a la sombra -el sol aquí calienta demasiado-, y luego de la siesta follo un par de veces más. A continuación tomo un almuerzo con el que disfrutarías, pues solamente como verduras. Después vuelvo al campo de golf y el resto de la tarde continuo follando. Cena, y vuelvo al campo de golf a seguir hinchándome de follar, y cambiando de hembra cuando quiero, y así hasta altas horas de la noche. Luego a dormir y al día siguiente se comienza de nuevo…
-¡Oh Paco… estás en el Cielo!
-No, Puri, no…
Estoy en Tomelloso y ahora soy un conejo.
 

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