Caminar hacia adelante.



No se puede vivir sin concederse el derecho a ser feliz, ni perdonarse los errores que conviertes en condena y te llevan a la derrota una y mil veces. No hay mayor injusticia con uno mismo que morir en vida y dejar escapar las pequeñas cosas que te hacen despegar con los pies en el suelo. No existe mayor tortura que perder días de una vida que no tiene vuelta. Vas solo de ida. Tienes derecho a no ser hoy quien eras ayer. La vida cambia, como tú. Y lo que ahora es maravilloso, mañana es la decepción más grande. Está prohibido contar lo que se pierde porque tú has venido a sumar. No puedes cambiar las cosas que fueron, pero sí soñar lo imposible hasta convertirlo en realidad. No se lo digas a nadie. Shh... En silencio. Shh... “El mundo no puede permitirse el lujo de perderte. Y esa... es tu magia”.

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