1816: EL AÑO SIN VERANO.



Las temperaturas que hemos vivido este verano de 2022 serán recordadas en la historia por haber sido una de las peores olas de calor de nuestro país. Prácticamente toda la península se ha abrasado con un calor sofocante difícil de sobrellevar. Resulta casi imposible de creer que en un pasado no tan lejano, España tuvo un año sin verano. En 1816 España, al igual que el resto del mundo, solo tuvo invierno. Y fue un caos en todos los sentidos.
Fue en realidad provocado por una serie de importantes erupciones volcánicas como la del volcán Mayon en Filipinas en 1814 y coronadas por la erupción del monte Tambora en abril de 1815, en las Indias Orientales Neerlandesas (hoy Indonesia). Aquel año 1816, que se conoce en la Historia del clima como el año sin verano, Europa estaba destrozada por las guerras napoleónicas, que habían terminado en 1815 con la batalla de Waterloo y el exilio de Napoleón en la isla de Santa Elena. La ciencia meteorológica de aquel momento no relacionó el continuo velo de polvo atmosférico, ni los deslumbrantes crepúsculos con la erupción del volcán Tambora, cuya existencia probablemente desconocía.
Para hacernos una idea, en pleno junio de ese año una tormenta de nieve azotó Nueva York de manera nunca vista. El granizo golpeaba Londres día sí y día también durante todo el verano, en el que murieron unas 70.000 personas. Suiza vivió lluvias durante 132 días. Al otro lado del océano, el temporal unido a la sequía arrasaba las cosechas en EEUU.
Sin embargo, ha sido preciso acudir a otras fuentes documentales indirectas cuando se ha intentado comprobar si el año sin verano tuvo alguna incidencia en España. La Meteorología en España no estaba institucionalizada oficialmente y el Rey Fernando VII, consciente del peligro que entrañaba la prensa para conservar su poder absoluto, la eliminó durante los años 1815 a 1820, permitiendo únicamente la publicación de La Gaceta, con carácter de periódico oficial del Reino. Los corresponsales de La Gaceta en Europa enviaban sistemáticamente noticias de los desastres del tiempo en sus países de residencia, pero La Gaceta no publicaba noticias del tiempo atmosférico que acontecía en nuestro país. Sólo esporádicamente alguna gacetilla daba cuenta de infortunios puntuales.
De todas formas, gracias a fuentes indirectas, sabemos que España vivía un infierno, con lluvias constantes y fuertes nevadas en pleno agosto. Los ríos se desbordaban. En Barcelona la población decía que las temperaturas de agosto eran como las de un mes fresco de abril. Se habla de una nevada en el centro de la Península a mediados de julio que coincide con unos días en los que la temperatura mínima de Madrid alcanzó el récord de 12 ºC.
A modo de curiosidad, fue en este año sin verano cuando varios escritores e intelectuales que veraneaban en la Villa Diodati, una mansión cerca de Ginebra, aburridos y hastiados por el mal tiempo y la lluvia incesante que les impedían salir de la mansión, idearon entretenerse contándose historias de terror. Entre estos escritores estaban Lord Byron, Mary Shelley y John Polidori. De esos relatos se concibieron las ideas para las novelas Frankenstein y El vampiro, que serviría de inspiración a Bram Stoker para su célebre Drácula.
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