KAHINA, LA REINA QUE SE ENFRENTÓ A LA INVASION DEL ISLAM EN AFRICA.



Hay una historia significativa sobre la primera invasión árabe, alrededor del 700 después de nuestra era. Había una líder bereber llamada Kahina, quien opuso con éxito una fiera resistencia a los conquistadores, logrando hacerlos retroceder. La cultura bereber más genuina converge en los Tuareg, que viven nómadas en el Sahara y cuya antecesora poseía muchas de las características de una reina Amazona. Se llamaba Tin Hinan y su tumba se encuentra en Abalesa, la vieja capital de la región Hoggar. De Tin Hinan se cuenta que llegó en compañía de su doncella Takamat desde Tafilalet, al sur de Marruecos hasta Hoggar. Ahí se convirtió en la primera reina Tamenokalt y su fama fue tal que aún hoy los tuareg la llaman La Madre de Todos. En la excavación de su tumba, los arqueólogos encontraron su cuerpo yaciendo sobre una cama finamente labrada y cubierto completamente con joyas. Usaba siete brazaletes de plata en su antebrazo derecho, y en el izquierdo, siete de oro.

Los pueblos nómadas del Norte de África siempre han tratado de mantener su independencia. Bereberes y Tuaregs han sobrevivido hasta nuestros días. Y es en las arenas del Magreb donde se lleva a cabo la historia de una mujer militar y líder los bereberes, se le conoce como Kahina. Poco en realidad se sabe acerca de Kahina, su historia se confunde con la leyenda y son pocas las referencias históricas que existen sobre ella.

Para empezar su verdadero nombre parece haber sido Dihia o Dahia, Kahina como la llamaban los árabes era una forma despectiva de referirse a ella y significa en árabe, hechicera, así la llamaban porque supuestamente Kahina podía ver el futuro, además de tener cualidades físicas que los árabes relacionaban con las hechiceras como era el hecho de su cabello abundante, largo y negro y al parecer el gran tamaño de la guerrera. Además de otras características que entran dentro de la mitología árabe como el hecho de que Kahina tuviera tres hijos varones, dos biológicos y otro adoptado. Se cree que Kahina, nació a principios del siglo siete pero no se sabe fecha exacta ni tiene una idea de cuánto vivió, algunos cronistas musulmanes dicen que Kahina vivió más de cien años. Otros dicen que más de sesenta. El historiador árabe Ibn Khaldun, también conocido como Abenjaldún, da como la edad de Kahina al momento de su muerte en 67 años. Ibn Khaldun fue el historiador que mejor documentó la vida de la líder berebere. Kahina fue hija de un noble bereber de la tribu de los zenata. Los bereberes habitan desde hace milenios las regiones agrestes y áridas del norte de África. La tribu de Kahina se cree que vivía en lo que es hoy Argelia, en los montes Aurés. Se dice que era una aficionada a la ornitología y a estudiar las aves del desierto, aunque esto parece una especulación, una más entre las miles que tratan de hacer su biografía, se sabe que en el lugar donde supuestamente murió, arqueólogos recuperaron algunos pergaminos con pinturas de aves, aunque obviamente no existe manera de determinar si dichos pergaminos pertenecieran a Kahina. La importancia de Kahina inicia hacia su vejez, cuando en 688 muere Kusaila, el líder de los bereberes, frente a las fuerzas expansionistas árabes de los Omeya. Kahina fue la responsable entonces de contener la invasión árabe. Sacerdotisa y líder militar, Kahina se encargó de unir a los bereberes. Desde la muerte del profeta Mahoma en 632, los árabes habían visto crecer sus dominios. Habían conquistado Siria, Palestina y Egipto. Expulsaron a los bizantinos de Irak y Persia. Territorio que los árabes conquistaban adoptaba de inmediato la religión musulmana y el idioma árabe. En 689 los árabes deciden tomar todo el norte de África acabar de una vez por todas con bizantinos, cartagineses y bereberes por igual. Kahina, tras su nombramiento como líder, estuvo preparando su ejército, esperando la ofensiva árabe. Finalmente, enfrentó a las fuerzas del Califato Omeya en un lugar llamado Uadi Nini, derrotando a las fuerzas musulmanas y obligando a su comandante Hasan Ibn al-Nu’man a retirarse hasta lo que es hoy Libia y entonces se conocía como Cirenaica. Kahina sabía que Hasan y los árabes regresarían,  tomó entonces una decisión que fue su perdición. Reunió a los líderes bereberes, en un discurso que emocionó a sus seguidores, se dice que Kahina advirtió contra el regreso de las tropas árabes, los pueblos bereberes, de acuerdo con Kahina, continuarían atrayendo a los extranjeros por su oro, su plata y sus bienes, por lo que conminó a sus seguidores a quemar sus tierras, a enterrar y deshacerse de todos los metales preciosos y las joyas. Muchos la siguieron, muchos otros no. La decisión y las acciones, para muchos, destructivas, llevadas a cabo por Kahina durante esos años, promovieron la división entre los bereberes. Cuando los árabes regresaron con un ejército más grande y fortalecido y con las escisiones entre los bereberes, Kahina tuvo que enfrentar a los árabes en desventaja y fue derrotada en la batalla de Tarfa. Se cuentan varias versiones acerca de su muerte y las acciones previas a la batalla que la mujer líder de los bereberes tomó. Como era capaz de ver el futuro Kahina sabía que sería derrotada por lo que se quitó la vida, según algunos cronistas. Además, de acuerdo con Ibn Khaldun, pidió a sus hijos que abandonaran las fuerzas bereberes y se aliaran con el enemigo. Los hijos biológicos de Kahina cumplieron con las instrucciones de la madre y bajo las órdenes de Hassan ambos se convirtieron al Islam. El mayor fue nombrado gobernador del Aurés y el otro jefe militar de las milicias Yarawa. Otras voces dicen que Kahina fue muerta en batalla. Otras más, que fue capturada y decapitada. La cabeza se le llevó al Califa Omeya.  Su muerte ocurrió entre los años 698 y 702. El personaje es real, todo lo que se dice o cuenta de él son leyendas y se extienden por todo el norte de África como los pueblos bereberes.

Autor Maria Pilar Jimenez


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