TIEMPO DE CAMBIO



Me cansé de tratar de arreglar las cosas que no rompo, me cansé de buscar soluciones a problemas que yo no he causado, me cansé de buscar a personas cuando yo no las he echado, me cansé de siempre intentar dar lo mejor de mí y que nadie lo valore, me cansé y cuando uno se cansa no hay marcha atrás, llámalo egoísmo, sin embargo yo lo llamaré amor propio, porque en el proceso de arreglar las cosas de todos y con todos la única que salía lastimada era yo.

Ya no tengo tiempo.

Ya no tengo paciencia. 

Ya no tengo más ganas de entenderlo todo y a todos.

Ya no busco lo que les contente a los demás, busco lo que me complace a mi.

Ya no tengo tiempo ni ganas de falsas sonrisas y cortesías ineficaces.

Ya no tengo ganas de buscar a quien no me busca a mí, ni de hacer cosas si no las quiero hacer.

Ya tengo esa parte de sabiduría y despreocupación donde no me importa lo que digan o piensen los demás.... Se que soy buena persona, con un buen corazón, alma grande y aun así soy capaz de mandar al carajo  a quién se lo merece...

Y es verdad que es una grosería, pero te sientes tan bien y tan liberada al decirlo, porque a mi edad tengo demasiados: 

"Vete al carajo" acumulados, y ya no me queda paciencia...

Llega un momento en la vida en el que te cansas de dar sin recibir nada a cambio. 

Las personas que no te valoran y quien te perjudica, no tiene cabida en tu vida. 

Otórgate la importancia que mereces. 

Verás como eres más feliz.

¡Llegó la hora! 

Así como las hojas se desprenden de la rama, es tiempo de desprendernos de viejos hábitos para que se anide la buena salud en cuerpo, mente y alma.


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