Supongo que la gente podría culparme por poner fin a la carrera de Audrey Hepburn.

 




Supongo que la gente podría culparme por poner fin a la carrera de Audrey Hepburn. Ella conocía su potencial. Si hubiera seguido trabajando, las piezas estaban ahí para ella y su éxito profesional habría continuado a un alto nivel durante años. Pero ella quería estar con su familia. Quería una vida privada. Y no podía soportar la idea de que pudiera fracasar como madre. Para ella era demasiado importante.


Recuerdo su pelo largo, sus pies descalzos, que de pequeño solía acariciar mientras se maquillaba. Siempre que tenía que ir a una cena o un cóctel, siempre decía: "Oh, si tan solo pudiera quedarme en casa y comer en la cocina contigo".


Recuerdo los días de escuela, abarrotando para los exámenes por los que probablemente ella se preocupaba más que yo. Me ponía a prueba antes de acostarme y de nuevo por la mañana, y se despertaba con una especie de cabeza somnolienta que solo disfrutan los adultos. Recuerdo su júbilo por las buenas notas, su apoyo y positividad por los "no tan buenos". Recuerdo las pijamadas los fines de semana, cuando charlábamos con las luces apagadas, durante esos preciosos momentos antes de que uno se duerma. sentimientos y planes y personas y cosas, pero de esa manera que es específico de esa oscuridad, como dos almas suspendidas.


A menudo me preguntan cómo fue tener una madre famosa. Siempre respondo que no lo sé. La conocí primero como mi madre y luego como mi mejor amiga. Quería mucho ser madre, así que cuando tuvo la oportunidad, lo hizo con todo el peso de la ley. El hijo de Audrey Hepburn, Sean Hepburn Ferrer

Vía:the-alchemy-of-self trumblr

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