No dejes que el mundo te endurezca.


«Tengo en mí tantos arrepentimientos,

Tantos inútiles presentimientos,

Una fidelidad ciega de perro,

Un corazón que puede ser de hierro

Que no conmueve a veces ni la muerte,

Ni la alegría, ni la buena suerte.

¡Si tengo un corazón es para que arda!

[…]».

Silvina Ocampo

Ilustración Christian Schloe

Comentarios