"Minotauro", escultor Pedro Requejo.


                                

Siempre me ha parecido triste la historia del Minotauro.

Víctima involuntaria de pecados ajenos y de su voluminosa monstruosidad.


El artista Pedro Requejo ha plasmado espléndidamente este "gravo" con esos pesados ​​y desproporcionados cuernos, que postran un cuerpo humanamente perfecto pero aniquilado y retorcido sobre sí mismo como para protegerse de las miradas.


El brazo derecho protege la intrusión de esa cabeza de pensamientos pesados, el izquierdo tiene casi un gesto de ternura hacia un cuerpo que, a pesar de todo, le pertenece.

Espléndida y alegórica imagen de la percepción de uno mismo como una desesperada no aceptación, con la que todos, tarde o temprano, deben enfrentarse. 

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"Mitad hombre, mitad... nada. Ese Minotauro, ¿descansa? ¿Se aburre? ¿Acaba de escuchar pisadas por la entrada del laberinto, y va a alzar su musculoso cuerpo? ¿Ha matado anteriormente a muchos inocentes, o se dispone a asesinar a su primera víctima y duda si hacerlo a cornadas, estrangulando entre sus brazos, aplastando bajo su peso a su aterrorizado alimento? ¿Preferiría las viandas frías que le traen los criados del palacio de su padre, o quiere probar la sangre, masticar un corazón, arrastrar el cadáver agarrándolo del talón? Los maestros de lucha que le han entrenado desde que nació, el médico real que le ha curado paperas de vaca y picotazos de tábano, aquella prostituta nubia que ahora presume de ser madre de dos majestuosos terneros, uno blanco y otro negro, ¿llegaron a apreciarle al menos un momento, entre empujón y carrera, entre mugido y llanto?


¿El Minotauro siempre ha habitado la gigantesca casa, sin traspasar sus puertas, o acaso ha vivido en otros palacios? ¿En algún templo donde los sacerdotes le adoraron? ¿En algún bosque donde los pastores le rehuyeron? Quizás acaba de llegar al centro del laberinto, y él también está perdido y empieza a hacerse a la idea de que ya nunca saldrá de allí. ¿Por eso baja la cabeza, por eso llora? Nadie lo sabe. Quizás está herido, sentado sobre sus propios excrementos empapados de la vida roja que se le marcha hacia los cimientos. Quizás el ateniense ya le ha despachado metiéndole su espada corta entre las crines de la melena, y ahora agoniza. O quizás acaba de matar al ateniense, después de un corto combate, y aquel hermoso héroe no era para tanto. El Minotauro permanece agachado mientras la noche se acerca, mientras el laberinto se disuelve desenredado por la luna..."

http://elblogdesieteletras.blogspot.com/2010/08/minotauro-escultor-pedro-requejo.html

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